Es un suelo ensamblado y tratado industrialmente. Consiste en varias capas de madera (generalmente 2 o 3 capas) divididas sustancialmente en:
- primera capa de alma noble;
- segunda capa de soporte de contrachapado de abedul, chopo o conífera;
- contrapesando con madera del mismo peso específico que el núcleo noble (sólo en las 3 capas).
Por alma noble entendemos la parte más preciosa de un elemento de madera preacabado, es decir, la parte superior de un suelo de madera, también conocido como parquet multicapa, que se puede pisar. Un elemento de una sola especie de madera se llama madera maciza.
El revestimiento de madera es una de las opciones favoritas entre las personas que les gusta tener este material en su hogar. El mantenimiento del parquet y pisos de madera es muy sencillo y no requiere demasiado esfuerzo:
- Se recomienda utilizar una aspiradora o un paño electrostático para eliminar/capturar constantemente todo el exceso de polvo.
- Lavar la superficie con un detergente adecuado. Los mejores productos para la limpieza de un suelo son aquellos formulados específicamente para la limpieza de varios tipos de suelos de madera (aceitados, barnizados, encerados, etc.) No se recomienda utilizar productos demasiado agresivos para la superficie. Limpiar la superficie deslizando el paño a lo largo de la veta del suelo (esto evita la formación de halos y rayas en el suelo).
- Regenerar el suelo (* si es necesario)
Es posible colocar el parquet sobre suelos antecedentes si este suelo está sólidamente fijado (baldosas, cerámica, piedra,...). Además, el soporte debe estar perfectamente limpio sin residuos de suciedad o grasa. Si es necesario, se debe lijar para mejorar la adherencia del nuevo adhesivo.
Para eliminar la parte 'más blanda' del pegamento residual, simplemente quítela mecánicamente, por ejemplo con la ayuda de una espátula de plástico. Sin embargo, para eliminar los restos de cola más anclados, necesitará disolvente (utilice el más adecuado en función de las características del adhesivo o cola utilizada).
La resistencia a la abrasión es la capacidad del pavimento para resistir el desgaste derivado principalmente del tráfico peatonal.
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